En este blog estaré compartiendo algunos fragmentos de las reflexiones que expresé en mis diarios y en hojas sueltas en la década de 1990, cuando era una adolescente. Eso sí: en honor a la transparencia, cabe aclarar que si bien dedicaré este blog exclusivamente a textos con potencial de resultar inspiradores, es decir, a los escritos en que plasmé mi "lado luminoso" -la faceta de una jovencita que ya soñaba con un mundo mejor y con convertirse en la mejor versión posible de sí misma-, esa cara de la moneda estaba secretamente balanceada por otra que podríamos llamar mi "lado oscuro". Así, por ejemplo, cuando estaba cerca de cumplir 17 años, escribí el siguiente poema catártico. EL LÍMITE Déjenme llorar, déjenme gritar que en el vasto universo soy un polvo más que si mañana no estoy, el mundo seguirá que a nadie le hago falta, que estoy de más que al mirar el espejo lo quisiera quebrar Déjenme odiar, déjenme sacar lo que tanto tiempo tuve que callar lo ...