XII. 16 años - Texto no.3
10/febrero/1997
SONREÍR
Dime, Dios, ¿qué quieres de mí?
De pronto surge una palabra dentro de mí y descubro que es la clave de todo: "sonreír".*
Jamás te pregunté nada. Yo tracé mi camino por mi cuenta. Y ahora que te hago una simple pregunta esperando una compleja respuesta, se cruza súbitamente una palabra en mi mente: "sonreír". Sé que eso es lo que quieres de mí. Que sonría y haga sonreír.
Sonreír implica sentirse bien. Y sentirse bien implica ser feliz. Se es realmente feliz cuando se es quien se desea ser. La mujer que deseo ser es aquélla que sonría de satisfacción al hacer de su vida algo grande. Y hacer de mi vida algo grande implica contribuir a la felicidad del prójimo, y hacerlo sonreír.
Y aun si la vida no me presenta a veces una cara muy amistosa, si yo le sonrío, ella corresponderá.
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*Muchísimos años después, tras tocar fondo y sufrir de pensamientos suicidas, terminé haciendo lo mismo que la adolescente que fui: orar para pedir una respuesta, sin recordar que ya lo había hecho a los 16 años, que ya había recibido una y que había registrado la experiencia en algún diario. Y en esa segunda ocasión, sucedió algo muy similar: inesperadamente, escuché una única palabra, vía mi intuición. "Amor". Interpreté que la clave era hacer todo por amor; amor a los demás, al mundo, a mí misma... Hacer todo por amor, incluyendo salir del pozo en el que estaba.
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